Marco A. Quiroz // Fotografía proporcionada por el autor
En los últimos años, la sostenibilidad ha pasado de ser un concepto abstracto a ser una parte fundamental de la estrategia empresarial. A medida que reguladores, inversionistas y consumidores exigen mayor transparencia sobre el impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), los estados financieros han evolucionado para incluir información no financiera. Este cambio busca ofrecer una visión más completa de las oportunidades y riesgos de las empresas, así como de sus impactos positivos y negativos, integrando métricas de sostenibilidad en sus reportes.
Tradicionalmente, los estados financieros reflejan la salud económica de una empresa a través del balance general, el estado de resultados, el estado de flujos de efectivo y el estado de cambios en el capital contable. Sin embargo, esta información ya no es suficiente para los grupos de interés. Ahora se espera que las empresas revelen cómo sus operaciones impactan al medio ambiente y a la sociedad.
En respuesta a esta necesidad han surgido nuevos estándares que impulsan la integración de información de sostenibilidad en los informes corporativos, los más conocidos son los siguientes:
El marco más utilizado a nivel mundial es el Global Reporting Initiative (GRI), el cual se centra en la divulgación del impacto de las empresas en aspectos ambientales, sociales, económicos y de gobernanza.
Las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS por sus siglas en inglés), han publicado las IFRS S1 y S2, con las cuales buscan unificar los criterios de reporte ESG a nivel global.
En Europa se han desarrollado las Normas Europeas de Información de Sostenibilidad (ESRS, por sus siglas en inglés), las cuales serán obligatorias para las grandes compañías europeas y toda su cadena de suministro, aunque no se encuentren en territorio europeo.
En México se han emitido recientemente las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS), las cuales son obligatorias para todas las empresas que reporten utilizando las Normas de Información Financiera mexicanas. A través de la implementación de esta normativa se pretende tener información cualitativa y cuantitativa a través de la revelación de 30 Indicadores Básicos de Sostenibilidad (IBSO) de las áreas ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
Uno de los principales retos en la adopción de los nuevos estados financieros ha sido la armonización de los diferentes marcos y normativas reconocidos a nivel internacional, pues como ya vimos, existen diferentes marcos y estándares que dependiendo de las operaciones y la ubicación de las empresas serán solicitados por los diferentes reguladores o grupos de interés. Es por ello que marcos como GRI han trabajado de la mano de otros emisores de estándares de sostenibilidad como IASB y CSRD para tener interoperabilidad con las IFRS y los ESRS.
Otro reto importante para las organizaciones es la inclusión de métricas ESG en los estados financieros, las cuales permiten a los inversionistas y otras partes interesadas evaluar los riesgos y oportunidades de sostenibilidad de una empresa que podrían afectar su valor en el largo plazo.
Entre los principales indicadores se encuentran:
Emisiones de carbono (alcances 1, 2 y 3): Impacto de las actividades de la empresa en el cambio climático; Huella hídrica y uso de recursos naturales: Consumo de agua y materiales en los procesos productivos; Diversidad e inclusión en el entorno laboral: Proporción de mujeres en puestos directivos y brechas salariales y Ética empresarial y cumplimiento normativo: Transparencia en el gobierno corporativo y medidas anticorrupción.
En este contexto, las organizaciones deberán actualizarse constantemente para adaptarse a los nuevos estándares y contribuir al desarrollo de una economía más consciente y sostenible.
La integración de la sostenibilidad en los estados financieros ya no es opcional, sino una necesidad para las empresas que buscan mantenerse competitivas en el mercado actual. Aquellas empresas que adopten las nuevas normativas de manera proactiva estarán mejor posicionadas para atraer inversión, gestionar riesgos, atraer consumidores informados y generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial del ICPNL.
El autor es Miembro de la Comisión de Sostenibilidad del ICPNL.
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Información recibida por el periódico El Financiero, 11 de febrero del 2025